Es innegable que nos encontramos en una situación de crisis a nivel global en lo que se refiere a los recursos naturales. El agua es uno de los más afectados, es probablemente el recurso más importante y sus problemas pueden resultar más perjudiciales directamente para las personas.
Este no es ningún problema nuevo, la ONU ya avisó en 2015 de que llegaría a haber una falta de agua del 40% si esto no cambiaba. El problema es que consumimos una cantidad de agua superior a nuestras posibilidades, no solo de consumo propio, sino que industrialmente se consume en exceso y esto lleva a la reducción del nivel del agua mundial que acabará siendo insostenible. Y, no somos los únicos afectados, también hay que tener en cuenta el daño que realizamos en los ecosistemas marinos y lo que supone para el cambio climático.
Un plan que se lleva a cabo para paliar este problema, son los certificados de sostenibilidad en los proyectos de construcción, estableciendo límites que puedan dañar el medio. Una PASSIVE HOUSE posee esta calidad sostenible, que le otorga unas características específicas de construcción eficiente. Al poseer este certificado nos aseguramos la sostenibilidad a lo largo del proceso de construcción de nuestra casa pasiva, cosa que es parte del estudio de posicionamiento de la misma.
Hay diferentes certificados de sostenibilidad oficiales, depende un poco del tipo de construcción, para que va a usarse el edificio o en qué país estamos por ejemplo. Los más conocidos son los LEED, que en España están gestionados por el Instituto Tecnológico de Galicia. Otro muy conocido es el certificado VERDE y WELL, que se esfuerzan por mantener la salud de los futuros habitantes del proyecto de construcción en cuestión.
La sostenibilidad del agua llevada a las viviendas es bastante importante, ya que hablamos de uno de los más importantes recursos naturales y es directamente necesario para nuestro bienestar. Tener un desarrollo sostenible es una muy buena opción para enfrentar este problema.
Desde 1987 y con el documento “Nuestro Futuro Común” redactado por la Comisión de Brundtland, se considera al desarrollo sostenible una de las mejores salidas para frenar los futuros problemas derivados de la falta de agua que siempre va a más. En los últimos años, los programas de sostenibilidad son el punto más importante para el desarrollo desde el punto de vista social y económico, pero siempre respetando el medio ambiente y tratando de dañarlo lo menos posible.
Podemos decir que se considera de urgencia el realizar una buena gestión del agua del planeta, para que todos tengamos acceso y que el abastecimiento sea suficiente y llegue a todos los lugares. Siempre pensando que vendrán generaciones venideras que necesitarán este recurso de la misma manera que lo necesitamos nosotros.